martes, 8 de noviembre de 2016

El protagonismo de las niñas en Studio Ghibli (segunda parte)

Las jóvenes y adolescentes en la etapa clave del estudio

Tras analizar el notable protagonismo de niñas y chicas adolescentes en las primeras películas de Studio Ghibli, con sus rasgos distintivos, que dominan la filmografía de la compañía fundada por Hayao Miyazaki e Isao Takahata, continúo con la segunda y última entrega, desde Mis vecinos los Yamada hasta el último largometraje por el momento, El recuerdo de Marnie.
 

¿Ha mantenido Ghibli el mismo ideario en los últimos años respecto al protagonismo joven femenino? ¿Cómo han afrontado los nuevos directores esta seña de identidad? Lo vemos.


La sensatez de Nonoko...
Mis vecinos los Yamada (1999)

Nonoko es una niña de 8 años, y protagoniza uno de los sketches más divertidos de la película, cuando se pierde en un centro comercial y lo afronta de una manera bastante curiosa, dando por hecho que los que se han perdido han sido los demás y no ella. Desde el humor, Takahata retrata a la pequeña como el contrapunto sensato (y paradójico) a la locura del mundo adulto que le rodea.


No es extraño que Nonoko se convirtiera en el personaje más popular de la familia en el manga original de Hisaichi Ishii en el que se basa el film, hasta el punto de que la tira cómica pasó a centrarse en ella y no tanto en su familia, cambiando el nombre a Nono-chan, el mismo que tuvo la serie de televisión animada emitida en 2001 (y que llegó a España a rebufo del éxito de Shin-chan, serie con la que guarda muchas similitudes, tanto estéticas como de contenido).


El descubrimiento de Chihiro...
El viaje de Chihiro (2001)

Chihiro tiene 10 años y se nos presenta como una niña "normal" (si es que eso existe, pues todos somos distintos), malhumorada porque sus padres han decidido cambiar de ciudad y con ello debe dejar atrás toda su vida anterior. Todo cambia cuando, durante el viaje en coche, se introducen en un atajo que les lleva a un misterioso túnel que conducirá a Chihiro a la aventura de su vida.


Y la aventura no es tanto ese mundo fascinante, extraño y algo siniestro que se encuentra, dominado por una bruja que gestiona una estrafalaria casa de baños para dioses ancestrales, que es lo que recubre el verdadero viaje de Chihiro. Su viaje personal es el de una niña aparentemente caprichosa y preocupada por cosas que realmente no tienen ninguna importancia, que tiene que enfrentarse a un mundo desconocido, en el que debe sobrevivir y trabajar para salvar a sus padres y a ella misma.


No es que Chihiro cambie, Miyazaki afirma que la pequeña saca durante la aventura todo lo bueno que tiene en su interior, no es que lo aprenda gracias a las circunstancias. Chihiro se descubre a sí misma. Y es una de las enseñanzas más bonitas y precisas que apunta un film único como este: cualquier niña, en su inocencia, sea cual sea su comportamiento circunstancial, guarda en su interior el arrojo, la valentía, la determinación, la empatía, la bondad y el amor por los seres queridos que muestra la protagonista. Muchas veces la vida cotidiana y el entorno apabullan y crean un escudo protector ante la demostración de los sentimientos, pero no quiere decir que no existan. Pasa con los adultos y pasa con los niños.


La lección vital de Haru...
Haru en el Reino de los Gatos (2002)

Haru es una adolescente de 17 años a la que no le gusta demasiado la vida que lleva. Es torpe, indecisa y no sabe decir que no. Se siente inferior a las demás. Entre sus principales preocupaciones (propias de la edad) está que el chico que le gusta tiene novia, y ella no ha sido capaz de declararse. Parece que todo le sale mal. Por eso se ve arrastrada, por una serie de circunstancias, al Reino de los Gatos, un lugar donde no existen las preocupaciones.


Nunca he estado del todo de acuerdo con el mensaje confuso que promueve la película (que llega a decir directamente que te conformes con la vida que tienes, lo cual no es muy edificante. Nadie debe conformarse con lo que tiene, sino tratar de mejorar lo que está mal, superarse a una misma), aunque se sobreentiende que, en el fondo, lo que nos quieren decir sobre Haru es que debes tomar las riendas de tu propia vida y no dejarte llevar escudándote en tu mala suerte o en que las cosas no tienen solución. El guion de Haru en el Reino de los Gatos es un poco básico, pues Haru no tiene la complejidad que tienen otras protagonistas de Ghibli, pero no deja de ser una aventura personal con el objetivo de crecer y madurar. Y Haru, en definitiva, lo hace.


La superación de Sophie...
El castillo ambulante (2004)

Sophie tiene 18 años, y es una tímida joven que no cree en sí misma. Su entorno le hace creer eso. Trabaja en la sombrerería familiar y apenas se relaciona con la gente. Su hermana y sus compañeras de trabajo siempre se meten con ella, y Sophie cada vez está más encerrada, se siente fuera de lugar y acepta una vida solitaria, sin ilusiones y conservadora pese a su juventud.


Un día, sin embargo, sufrirá una paradójica maldición que la convertirá en una anciana de 90 años. Esto la obligará a replantearse todo, y tomar la iniciativa para salir y viajar en busca de una cura a su maldición. Esa cura solo la tiene Howl, un mago inmaduro y conquistador que vive en un castillo ambulante que deambula por los páramos.


Sophie recibe una lección importante a lo largo de su aventura: ella vale mucho más de lo que dicen los demás. Todo lo negativo que creía sobre ella misma es mentira, pues obligada por las circunstancias se demuestra que todas sus limitaciones no eran ciertas. A veces necesitamos un empujón para creer. Pero todos los pozos tienen un fondo, y si llegas a él siempre podrás volver a salir de algún modo. Quedarse llorando en su interior no es solución.


Sophie demuestra lo que tiene dentro, aunque le cueste. Esa chica tímida que se cree fea, inferior y poco afortunada, es capaz de hacer cosas increíbles en su viaje por superar su maldición. Esa maldición que, para ella termina siendo es una bendición, pues hace que salga de su letargo y remueva los cimientos de una vida que no quería llevar.


El corazón herido de Therru...
Cuentos de Terramar (2006)

Therru es una misteriosa joven que aparenta unos 16 años. Vive apartada del mágico mundo de Terramar, en una cabaña de campo, junto a Tenar, que la acoge. Un día reciben a Gavilán y a Arren, en su búsqueda de respuestas para lo que está sucediendo en el reino. Therru se muestra arisca con Arren (y con el mundo en general). Ella guarda un secreto que la atormenta, al igual que él.


Therru no quiere relacionarse con los demás, pero eso no quiere decir que sea mala persona o que su forma de ser sea egoísta. Hay veces que simplemente se lleva algo dentro que te retrotrae respecto a los demás. Therru lo comprende a lo largo de la aventura, y cuando conoce la historia de Arren se siente identificada. Ambos comparten un dolor interior, ambos guardan secretos que torturan su alma. Therru, en el fondo tras su coraza, es compasiva y tiene buen corazón. Cuando Arren está en dificultades, no duda en ayudarle. Tampoco se amedrenta ante la lucha por la gente que quiere. Con todas sus consecuencias.


El objetivo de Ponyo...
Ponyo en el acantilado (2008)

Ponyo es una niña pez que aparenta unos 5 años. Representa el entusiasmo infantil, pero tiene un importante fondo: ella quiere ser humana. Quiere luchar por lo que cree. Aunque parezca que, en los términos infantiles en los que se mueve el film de Hayao Miyazaki, sea una cosa menor, es sin duda el leitmotiv del personaje y de la película.


Ponyo es entusiasta hasta el extremo, alocada, alegre, divertida y, en definitiva, una niña pequeña con toda su energía. Con su nobleza y su inocencia, nos deja ver que es un espíritu libre. Ella ha visto lo bueno del ser humano (pese a que su padre le haya enseñado a odiarlo y temerlo) y ha sentido el amor puro por quien le ha ayudado, en este caso, Sosuke. Quiere dejar el mar para ser humana, para estar con Sosuke. Y no hay nada que se le pueda poner por delante, pese a que su padre intente evitarlo con toda la fuerza del mar.


Es una niña, sí, pero se puede aprender mucho de ella. Su tenacidad y determinación para conseguir lo que quiere de verdad, para conseguir su propia libertad, aunque algunos estén en contra, hacen que la lucha de Ponyo sea auténtica y guiada, sobre todo, por su corazón. Nunca hay que dejarse vencer si crees. La máxima expresión de un sentimiento, no necesariamente romántico. Puro sentimiento.


La valentía de Arrietty...
Arrietty y el mundo de los diminutos (2010)

Arrietty tiene 13 años, y forma parte de una especie muy poco común: los diminutos. Pequeños seres a imagen y semejanza de los humanos, pero a una escala mucho menor. Viven y se ocultan en pequeños rincones ocultos, y aprovechan los despistes de los humanos para tomar prestados pequeños objetos sin importancia que para ellos representan su comida, su hogar y su sustento.


Arrietty se siente sola, pues vive con sus padres y no conoce a nadie más de su especie. Ni siquiera sabe si existen más como ella y sus padres. Es muy curiosa, y eso le lleva a contactar con un serhumano (como los llaman ellos), un adolescente de aspecto enfermizo llamado Shô.
Pese a que Arrietty realmente es única en su especie y sabe que el contacto con los serhumanos es muy peligroso, no se resigna a vivir una vida escondida y oculta, no quiere vivir con miedo y que todo gire alrededor de él. Ella toma riesgos, porque sabe que si no arriesga, nunca podrá hacer nada diferente. Confía en su instinto, cree en las personas, aunque sean muy diferentes a ella, y eso puede más que los peligros de los que ha sido advertida constantemente por sus padres.


Y es verdad que el peligro es real. Pero también lo es que Shô es un buen chico, con problemas, pero que necesita tanto la compañía y comprensión como ella. Arrietty se da cuenta de que no está tan sola como creía. Nadie está solo, siempre hay alguien, por muy diferente que sea, dispuesto a ayudar. No puedes dejar que el miedo domine tu vida, porque te hará perder muchas más cosas de las que puedes ganar.


Los miedos de Umi...
La colina de las amapolas (2011)

Umi es una adolescente de instituto en el Japón de 1963. Pese a su juventud, en ausencia de sus padres, se hace cargo de sus dos hermanos y de su abuela, mientras administra una pensión de estilo occidental donde nunca falta gente... y mucho trabajo. A su vez, Umi tiene que atender sus deberes escolares, lo que hace que tenga que ser una chica muy responsable.


Umi es el retrato de la responsabilidad, de cómo se puede sacar adelante algo para lo que una adolescente, en principio, no está preparada. Y sin embargo, ella puede con todo. No es perfecta, también se derrumba ante la falta de sus padres, y ante algunos descubrimientos sobre un pasado que desconoce, pero en el perfil de protagonista de Studio Ghibli, ella es una auténtica heroína. De lo cotidiano, que es muchas veces más difícil que de los mundos fantásticos. Porque si quieres, puedes.


La lealtad de Naoko...
El viento se levanta (2013)

Naoko comienza siendo una niña de unos 12 años, aunque la película va avanzando en el tiempo hasta su adultez. Para algunos puede ser discutible su papel en la historia, pues a veces peca de aceptar con demasiada resignación los problemas que le van surgiendo. Sin embargo, no hay que olvidar el contexto y la época (el periodo entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial), ni menospreciar su valentía y lealtad hacia Jiro, el protagonista del film.


Naoko es una chica que pasa por dificultades, se enamora y ese amor le da un motivo para vivir. No se le puede culpar de ese sentimiento ni de esos motivos. Entiende el fervor de Jiro por alcanzar sus sueños, porque a ella, en un momento determinado, no le quedan muchos sueños por cumplir más allá del amor que siente por él, de la necesidad de compartir su tiempo en una época muy complicada. Naoko es valiente y fiel a sus sentimientos, a sí misma. Es fiel a su corazón y, en su situación, se entienden sus razones y sus sacrificios. Porque a veces también hay que sacrificarse por otra persona.


La rebeldía de Kaguya...
El cuento de la Princesa Kaguya (2013)

Kaguya es la última gran heroína de Studio Ghibli, y curiosamente no la lleva a cabo Miyazaki, si no el "renacido" Takahata, que volvía a estrenar una película 14 años después. Y quiso obsequiarnos con un cuento tradicional que sirve de mucho para las niñas y jóvenes de nuestros días. Kaguya es una misteriosa niña adoptada por dos ancianos campesinos tras recogerla del mágico sesgo de un bambú. Ella se cría en el campo, en la sencillez, en la libertad y en la humildad. Pero su destino cambia cuando también empiezan a aflorar mágicamente riquezas que llevan a los ancianos a querer convertirla en lo que parece que el destino quiere para ella: ser una princesa.


¿Pero qué quiere ella? Kaguya acepta ese camino... hasta que se da cuenta de que eso la alejará de sus raíces, de sus amigos, de su vida. La alabarán por su posición social y no por lo que es realmente. La querrán como trofeo por su belleza. Despreciarán su pasado. Tratarán de cambiar su forma de ser. Kaguya demuestra la importancia de ser una misma. Siempre. Aunque todo lo que te rodea cambie. Aunque todos te digan que debes cambiar, lo que debes hacer, lo que debes pensar.


Nada hay tan importante como ser fiel a una misma y no a lo que digan los demás. Porque los demás pasarán, pero tú estarás contigo misma siempre. Y estar a gusto contigo misma es fundamental.


La inadaptación de Anna...
El recuerdo de Marnie (2014)

Anna es una preadolescente de 12 años solitaria y poco sociable, que se refugia en el dibujo para huir del mundo que le rodea. Tras verse superada por la ansiedad, sus padres deciden enviarla durante las vacaciones de verano a Hokkaido para que pueda despejar su mente y su alma. Allí conocerá por casualidad a Marnie, una extraña niña de su misma edad con la que empezará a trabar amistad.


Anna es el reflejo de un problema muy común como es la inadaptación social, en su caso, por problemas familiares. Cuando Anna conoce a Marnie descubre que hay mucho más dentro de ella misma de lo que pensaba. Marnie hace que aflore en ella, gracias a su apoyo y su amistad, lo que no creía que tenía. A veces se necesita que alguien te diga que puedes hacer algo para realmente poder hacerlo, porque no tienes confianza en ti misma. Necesitas que te empujen para dar el primer paso, el más importante. Y ella lo necesita, porque el mundo se vuelve muy pequeño cuando te sientes sola y no sabes acudir a nadie que te pueda ayudar.


Anna es una heroína de sí misma. Su lucha es personal, debe sobreponerse a sus propios temores y comprende que no puede hacerlo sola cuando Marnie le muestra una visión del mundo mucho más amplia que la que tenía en su cabeza, condicionada por su propio bloqueo mental. Anna sale adelante y gana la batalla más importante: la de vivir sin miedo.





Studio Ghibli ha aportado, casi sin proponérselo expresamente, una luz al final del túnel para muchas personas que no la veían. Personas de todo tipo y condición, pero especialmente para las mujeres y las niñas que pueden ver en sus películas un reflejo muy distinto del que muestra una gran parte de la sociedad de la información y del entretenimiento: el reflejo de una mujer luchadora y valiente, la mujer que toma las riendas de su propio destino sin depender de los demás, sin que eso signifique que no necesiten el apoyo de los buenos amigos ni de la existencia del amor como motor para creer más en sus posibilidades y ser feliz.


Pero nos enseña, sobre todo, que no hay nada que nos impida seguir adelante y cumplir nuestros sueños. 


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Studio Ghibli, la animación japonesa 
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